Ese cuerito

El domingo circuncidamos a Noah. Si no había escrito nada hasta hoy, es por que aún estaba procesandolo todo. El evento fue en la consulta del doctor. Parecía sacado de película de Hong Kong. Una estética setentera, que hacía sentir un pasado elegante, pero que nunca fue restaurada desde su pasado glamour.

A mi, y yo a la Sole, me había convencido que con la anestecia el asunto sería suave y que el pergenio no se daría ni cuenta. Que le jalarían el cuerito y se lo cortarían en 30 segundos. Craso error. El doctor nos dijo, dejenme sólo con el niño para prepararlo (ponerle la anestecia, pensé yo). Desde que dejamos al niño con el doctor, no paró de llorar, fue como media hora. Yo pensaba que era por que se sentía solo con un desconocido y con hambre. Grande fue mi sorpresa cuando vi que la demora era porque le habían implantado un aparato entre el glande y el prepucio. El doctor me preguntó si leería el tradicional salmo en hebreo. Si bien soy ateo, o casi, le dije inmediatamente que si lo haría, El sentimiento de angustia ya me había invadido por completo. Mi niño, amarrado en una camillita, yacía con un aparato incrustado en su lindo pene. Yo pensé que en cualquier momento podia pasar lo peor. Lei el salmo en un hebreo pésimamente mal pronunciado y empezó la carnicería. Fue horrible ver como el bisturí cortaba a mi chamaco que bramaba. La Sole a su lado, lloraba a mares. Fue muy triste.

Como todo salió "bien", el asunto siguió con una once en nuestra casa. Todos felices menos yo y la Sole que estabamos traumados. la criatura dormía como si nada. Queríamos que todos se fueran, obviamente pasó lo contrario. A las familias les encanta reunirse, parece. Sé que el niño no se traumó, de hecho hasta hoy, su vida sigue exactamente igual, y que es más higiénico, y que los circuncidados tenemos 40% menos de probabilidades de contraer el sida. También sé que hay menos probabilidades de disfunciones sexuales, sin embargo, en la noche, cuando su madre y su hermana dormían, cuando el me miraba con sus lindos ojos altiplánicos, igual le pedí perdón.